jueves

Miradas que delatan.

Era verano. Nuestros padres eran amigos de toda la vida igual que él y yo.
Siempre íbamos al mismo sitio, ese lugar me encantaba aquel río aquel sitio tenía algo mágico.
Estábamos sentados en una de las piedras que sobresalían del río, los dos juntos mirando al suelo.
+Me encanta este sitio, mires donde mires es bonito.
-Si...
+¿Qué te pasa?
-Nada.
+No entiendo chico.
Miramos otra vez al suelo. De repente mira.
+¿Qué te pasa? ¿Tengo algo? (se frota la cara)
-No, no es eso (sonrie.)
+A jaja.
-Jjaja.
Esta vez no pasa nada, no se nos desvía la mirada, nos miramos, nos quedamos mirándonos, sonreímos, después de un rato habla.
-Creo que tenemos que hablar.
+Dime.
-¿Sabes no?
+Si.
-Nos conocemos desde que somos unos enanos, pasamos todos los veranos juntos aquí, eres mi mejor amiga y lo sabes, pero no se ya tenemos una edad y no se si me sigues... yo ya no te veo como una amiga...
+Si ya se lo que me quieres decir.
-¿Entonces?
Me acerque, y le dije:
+TE QUIERO.

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